Fotógrafo callejero, callejero fotógrafo

Fotógrafo callejero, callejero fotógrafo

La ciudad de México, en términos gastronómicos, es un bufete con patillos que van de los modestos frijoles de olla, hasta un exótico bistec de elefante asiático, con salsa de cuerno de rinoceronte en una cama de escamas de cocodrilo de Nueva Orleáns, esta saturado de contrastes, de aromas y de colores, y que se sirve vivo (frío, caliente o al tiempo) todos los días a cualquier hora, en cualquier lugar.

Morelia Michoacan



La ciudad de México, en términos gastronómicos, es un bufete con patillos que van de los modestos frijoles de olla, hasta un exótico bistec de elefante asiático, con salsa de cuno de rinoceronte en una cama de escamas de cocodrilo de Nueva Orleáns, esta saturado de contrastes, de aromas y de colores, y que se sirve vivo (frío, caliente o al tiempo) todos los días a cualquier hora, en cualquier lugar.

Para quienes nos consideramos fotógrafos aficionados (hoy les llaman también fotógrafo callejero urbano sea aficionado o profesional), esta ciudad ofrece una inmensa cantidad de material, templos, calles, avenidas, estatuas, esculturas, ventanas, autos, puertas, edificios, y gente, gente por todos lados, en el autobús, en el metro, en el zócalo, en las plazas, en las bancas, en el piso, en las ventanas, en los autobuses, en los autos, en bicicletas, unos a pie, y otros andando

Morelia Michoacan



Lo bueno

La gente cuando te ve fotografiar, una y otra vez un objeto, se acerca a preguntarte que haces, por que lo haces, para quien lo haces, y si les convences hasta se dejan tomar la foto, si no, simplemente te ignoran y se van.

Algunos hasta te piden que los fotografíes, para luego darte su correo-e y les envíes su foto vía electrónica.

No falta el listo que luego te pida una moneda, o si de plano es desinhibido y extrovertido te pida que le invites un café.

Por otro lado existen varios espacios cerrados donde te dejan tomar fotos, como en algunos museos, en los que me consta están: El Museo Somaya (en Plaza Loreto), el Museo de Ate Popular (en el centro de la ciudad, equina de Revillagijedo e Independencia), en el Franz Mayer (en la Av. Hidalgo), en el Univesum (un museo de ciencia y tecnología, en la UNAM), eso si, sin flash.


Ciudad de México



Ciudad de México

Lo malo

No es raro que los guardias de seguridad se te dejen ir como perros doberman, sin preguntar nada solo ladrando y apunto de morderte, yo simplemente los enfrento y les recuerdo que estamos en la calle, que no cometo ningún delito y que la constitución de los Estados Unidos Mexicanos me ampara (cuando digo eso, como que se amedrentan un poco), y si siguen dando lata simplemente les ignoro y me alejo de ellos.

Ni falta el policía que te mira con desconfianza, y que se acerca a ti mas como si fueras un animal ponzoñoso, por que si fuera criminal hasta un cigarro y un taco me invitaría.

En términos generales no te dejan tomar fotos de bancos, hospitales, edificios aunque sean públicos, no lo permiten en el metro, ni en el metrobus, ni en los centros comerciales.

Pero con todo el bueno y lo malo, vale la pena sacar la camarita y tomar fotografías.

Y por si me los llego a encontrar, que nada les extrañe que saque mi camarita y le tome de improvisto una foto, como dirian en mi pueblo, cuando arrojábamos una piedra al arroyo: "No respondo, no respondo, chipote con sangre, sea chico o sea grande".