El dia "D" de desnudo

Domingo 6 de mayo, el dia "D" de desnudo

Entre todos ellas y ellos, yo.

Domingo 6 de mayo: el día "D" de desnudo


4:05


Me despertaron a las 4:05, no los de la administración sino la suave mano de Catalinita, Janito ya es hora, me dijo y se volvió a dormir.


Me lave la cara con agua helada y cepille los dientes, me puse la ropa especialmente elegida para la ocasión (ropa vieja, por si me la volaban , con excepción de la ropa interior, mi camiseta de algodón y mis chones de paracaidista con la marcas de Batman - héroe de mi infancia para darme valor), tome la hojas de consentimiento y la llave electrónica de la habitación. Baje por las hermosas escaleras del hotel y ya en la recepción me queje con la encargada de que no me habían llamado a la recamara, que se pusieran listos (pues lo que te cobran no es para menos).


Salí a la calle 16 de Septiembre, el clima a esa hora estaba muy frío, en cuanto salí del hotel me tope con la vallas que horas antes había colocado la policía así solo las rodee y camine unos pocos pasos para que una chica muy sonriente me dijera que mi forma no estaba llenada (glup, ¡con las prisas y el nerviosismo había olvidado requisitarla!), un señor mayor que yo, llenaba con parsimonia su hoja y me le acerque para que me prestara su pluma, lo cual hizo con gusto, y ¡oh sorpresa!, déjeme decirles que llene mi forma con una de esas que en la tapa tienen una montañita blanca ¡como el Popocatepetl en los meses fríos! (una Mount Blanc, órale, me dije para mis adentros, ese si que es temerario ya que además de despojarse de sus ropas, corre el riesgo que le despojen su pluma y lo desplumen).


Otra persona, a llegar a la pequeña fila que se hacia empezó a desnudarse y rápidamente muchas voces y casi al unísono le gritaron que no - con voz angustiada - y que parara, le dijeron que esperara a las indicaciones, entonces el respondió que a que había ido si entraba con la ropa puesta, alguien se le acerco a explicarle el mecanismo del evento, en fin que lleno mi forma y sigo mi camino no mas de 100 metros para ingresar al zócalo exactamente a las 4:30 de la mañana.


4:30


Había poca gente (comprada con las que se calcularon al final del evento) no éramos mas de 1500 acaso 2000 en total. Una pareja de jóvenes con camiseta del staff nos condujeron a una línea de colores pintada sobre el piso y me informaron que debía de ubicar bien mi posición para que, después de las fotos, pudiera localizar la bolsita con mis ropas. Mi estrategia consistía en llevar tres bolsa de plástico, una grande de color blanca (de las de supermercado) y dos mas pequeñas una de color verde y la otra morada para colocarlas como "orejas" y me sirvieran de señalización, y de esa manera localizar con mas prontitud.


Nos pidieron que nos sentáramos muy cerca uno de la otra o viceversa y que esperáramos pacientemente. A mi alrededor se notaba a la gente muy tranquila, bromeando invitando a los que pasaban a que se "encueraran ya" particularmente a los policías y a los del staff, conforme fueron pasando los minutos, el clima se enfriaba mas, lo que hacia que me sintiera un poco incomodo, en dos ocasiones nos hicieron movernos de nuestros sitios para reacomodarnos así que la gente a mi alrededor variaba un poco en cada ocasión. Al final de tanto sentarnos y pararnos y volvernos a sentar quede junto a un grupo de jóvenes que decidieron acostarse sobre el piso y tratar de dormitar un poco, cosa que rápidamente imite, solo que en vez de dormitar me sirvió para pensar y reflexionar, eso de desnudarse así por que si, en el corazón político-religioso del país , no era para menos, al menos para mi.


5:00


Muchos llegaron tarde, a las prisas algunos en bata, otros de pantuflas otros mas se desabotonaban las camisas presurosos, varios solo con el pantalón puesto ya sin zapatos ni calcetines. La gente se veía como amigos de toda la vida, a pesar de ser esa la primera vez que se veían, platicaban sin recelo y contábamos chistes o sus motivos para estar ahí. Había chavas y chavos punk y niños buena onda o viejos con mas canas que cabellos negros. Unos gritaban ¡México, México! otros mas los Goyas de la UNAM. Ante todas esas manifestaciones yo prefería estar callado y absorbiendo por todos los sentidos y poros de mi cuerpo los eventos de mi alrededor, ebrio de entusiasmo y con sentimiento encontrados.


Tunik aparecio en un balcón y agradeció nuestra presencia, ya dije que el traductor era un pobre traductor nervioso que también fue blanco de nuestras burlas. El escenario no podría ser mas que sublime, la catedral, el Palacio Nacional, la jefatura del gobierno del DF un poco mas allá el Templo Mayor y los edificios bellísimos de la colonia.

5:40?


No se exactamente a que hora el Spencer que se aparece de la nada y trepado sobre un escalera de tijera casi justo detrás de nosotros, nos saludos, hablaba un inglés poco niuyorquino es decir claro, pausado y sobre todo bien pronunciado lo que facilitó a algunos de los presentes el entendimiento de la indicaciones, en cambio su traductor al español, lo traducía casi literalmente lo que en una ocasión provocara la risa general al decir "estamos contando los agujeros" cuando debió decir "estamos contando los espacios vacíos", supongo que estaba tan emocionado como nervioso, al igual que varios de nosotros incluido yo.


Nunca en la vida se me habría ocurrido pensar que podría estar dos horas desnudo rodeado de otras 17999 - 19999 a mi alrededor en varias posiciones incluida la incomodísima posición fetal
sintiendo el frío de las losetas de cemento del Zócalo.


Y no lo había pensado por varias razones - por mi edad y aspecto que no son el paradigma de la belleza perfecta, icono del consumismo y por que algunos avatares de mi vida personal.


Pero como soy extrovertido, y aparentemente liberal, y tengo una imagen muy favorablemente de mi mismo me sentía con la necesidad de enviar un mensaje a mí mismo y a quienes me rodean, y asumo con el físico que tengo y que miles de ciudadanos - mujeres y hombres - compartimos, que en mi particular caso aunque un poco mas alto de la estatura común, soy calvo y pazón como buen mexicano taquero.


A medida que la hora cero se acercaba sentí temor, el temor de la indefensión, en la posibilidad que eso se volviera un desmadre y ser agredido, lastimado violentado. ¿Para donde correr cuando te encuentras en cueros?, ¿como defendenter sin ropa?, ¿de donde agarrar al contrario, sobre todo si el esta vestido y yo no?. Todas esas dudas se disipaban cuando volteaba a ver a la gente que me rodeaba, gente mucho mas joven o vieja que yo, unos que me tuteaban sin ofensa y otros que me hablan de usted sin autoridad, muy parejos los unos y las otras.


El caso es que no dejaba de pensar que sigo siendo un animal de manada, eso de romper tabúes, recelos de saber que estaría desnudo sin siquiera a mi lentes de lectura, no es una decisión fácil.


6:00


Llegada la hora mi nerviosismo era tal que no paraba de reír, un joven de pelo a la afro (para que les sea mas fácil localizarme en las fotos) me dijo que el estaba igual que yo pero que ni hablar, ya estábamos ahí y que no nos debíamos rajar, una mujer de unos 25 años acompañada de su hermana y un chavo, me dijo que se solidarizaba conmigo y que ella nos daría el ejemplo al ser la primera en desnudarse.


Hora cero


A la hora cero además de la risa nerviosa la adrenalina se tiño de solidaridad, la multitud que se lanzó -desnuda - a pisar con su pie desnudo el Zócalo era impresionante y varios casi empezaron a correr- todos desnudos como los trajo su madre al mundo.


Los rostros y cuerpos eran múltiples, todos los colores y edades, formas, confieso que por motivo de mi trabajo le he visto, explorado e inyectado, siempre con el mas puro profesionalismo y sentido ético que se deben de tener en esos casos, pero ver cientos de ellas y ellos no tiene comparación.


Mire a todos ellas y ellos dejándome atrás, casi solo con mi cortos de batman. Unos segundos después, con mi piel en "carne de gallina" y con las piernas temblándome - no se si mas de emoción que de frío - entraba a la plancha del Zócalo felíz de estar haciendo lo que hacia.


Lo que ví, sentí y pensé se los platicaré en otra ocasión, no se cuando ni donde, pero por lo pronto me lo reservo para mi, y que espero no olvidarlo hasta el día de mi hora y en mi hora.

Amén.